Noche de destierro...
Que la luna se calme, que los ojos se recuesten en las verdes colinas donde apaciguas las aguas de tus sueños.
Y que la tormenta de los océanos se recuesten en el ombligo del mundo nocturno, dispersando la niebla del oasis de la mente.
Y que un brujo sople en tu cara un jardín florido de petunias y salvias, que huelan a la silente mañana que se despeja para cantar con los pajarillos el verde trigo del día.
lunes, diciembre 31, 2007
sábado, diciembre 22, 2007
Ensayo de cosa disoluta.
- hace por lo menos 2 años que con un amigo llegamos a la conclusión de que en la vida hay ciertas cosas, que nos mueven. Desde distintos ámbitos, según nuestros intereses.-
En el apelativo de misterio se encierra una palabra llena de directrices que con el tiempo van variando de acuerdo al proceso evolutivo de cada sociedad. Sociedades situadas en acontecimientos propios, irrevocables, perennes.
La manifestación de una emoción es la complejidad de la mismísima tierra; carente de toda racionalidad. Sin embargo, la constante es buscar respuestas en la vida lógica y no la problemática.
Cuestionarse la universalidad de la palabra “emoción” que se transfigura a la palabra “sentimiento”, es la secuencia decidora del todo, unificada en el alma humana.
Frente a la floración de un sentimiento, no hay posible atenuante que invada el emergente crecimiento de este. La distancia (distancia, en el sentido literal) que de pronto nos invade, no es sinónimo de devenir del sentimiento. Al contrario, es una mera causalidad de las realidades que conforman el pensamiento.
La bruma que de pronto impide la evolución, es solo una circunstancia propia del proceso. La significancia que revoca la solidez de la emoción es lo único que lo puede hacia el todo.
Decir que la vida es una cuestión simple, vacía de cualquier sentimiento es una banalidad deplorable. No obstante, el gran apelativo, es decir de insensible.
Lo pasajero del tiempo es una distinguida arboleda de otoño. No es más que el suceder de las cosas temporales, pero siempre hay algo que se refina y se vuelve atemporal.
Lo atemporal cabria en la perdurabilidad de una emoción, en lo sentencioso e inefable de un lazo amoroso.
El lazo provocado por un milagro, misterioso, llamativo, precoz, implícito en la lluvia, es solo el resultado de la evolución de la especie humana.
Hoy por hoy hacemos oído, pero de forma simplista, rápida e inmediatista; dejando la estreches de la noche y nada mas entre dos pares de labios que se amortajan el uno al otro en un beso común y llevadero que pasa con el tiempo de una noche, y que al día siguiente es borrado con una ducha y con pedazo de papel higiénico.
Ciertamente la vida es como un cúmulo de experiencias progresivas, con un fuerte apogeo emocional, lo que permite un descuido considerable y apreciable en el quehacer de toda persona.
Nuestra fortaleza ha de ser no lo pasajero y transgresivo del tiempo, ni tampoco la distancia, la edad, el nombre, la clase social o los estudios. La primacía debe ser el apego a la sinceridad distribuida como el cielo, la humildad florecida en un nardo y la dulzura expuesta en unos granos de uva.
El lazo que un sentimiento emite no es la vida ni el infierno, menos aun el cielo o la tierra. Es el rostro amoroso de lo que es sentir. De lo que es sentirse hombre, con cosas que piensa y dice, sin trapos que amordacen su corazón y sus labios.
Sentir una emoción es vivir; es el espacio entre la cabeza y el cuerpo, donde no habita nada más que la irracionalidad de sentir y dejar que la vida fluya, siga su curso a destajo. Por más que seamos inteligentes hay cosas que la vida no deja que descifremos.
miércoles, diciembre 12, 2007
Oda a la cereza.
Forma curvada,
Sinuosa,
Abierta, delicada
Que de un hilo
De enjambre verde
Pende la vida…
Decorada con lo amarillo
De un halo de vida
Que asoma tu dulzura.
Al partir
La fragancia
Con un diente ínfimo
Y contrastado con el calor,
Pareciera que en manjar
Te revuelcas.
El frescor de tu dulzura
Y el sazón de tu huido Jugo
Acaricia el paladar
Como un serafín
En el horizonte,
Coronando a las mariposas
Con una diadema de jacintos.
Tu corazón recto
Que circunda tu pequeñez
Se asemeja a la antorcha del viento
De una leona
Amamantando
Las reliquias de Noé.
Pedazo de aire
Cimentado en tu acorazonado
Color.
Tormenta de vino,
Agitador crucero
Al rayo de una luz
Efímera
En el agua de una vertiente
Oscurecida.
Participio constante
De un impulso ventricular
Del almíbar de una flor
De bugambilia amarilla.
Como mis manos dormidas
Tiñes el espesor de la niebla.
En una mañana opaca
En que naces
Con el viento
Levantas la polvorienta
Huida de ramas y hojas azuladas
Que llevas contigo prendidas
Como suaves
Flores cantando
Junto al lucifernario
De tu rojiza piel.
Como una gota perezosa
De agua
Te quedas sentada
En laminas de crucíferos
Pangues.
Como en el norte
En que tus hermanas
Se tiñen de amarillo,
Aquí centro-medio,
Atiendes con tu cuerpo
Al dulce sabor cohibido
Que extrapola el cielo,
De la tierra;
Y la sangre de un lobo
De una célica delicia.
Manzana enana,
Eneldo pecaminoso
Con cola de un álamo dorado,
Te permites
Hacer bulla
Con el pantanal
En que se convierte
Tu cuerpo
Al ser besado
Por la radiante candidez
De un ser humano.
Forma curvada,
Sinuosa,
Abierta, delicada
Que de un hilo
De enjambre verde
Pende la vida…
Decorada con lo amarillo
De un halo de vida
Que asoma tu dulzura.
Al partir
La fragancia
Con un diente ínfimo
Y contrastado con el calor,
Pareciera que en manjar
Te revuelcas.
El frescor de tu dulzura
Y el sazón de tu huido Jugo
Acaricia el paladar
Como un serafín
En el horizonte,
Coronando a las mariposas
Con una diadema de jacintos.
Tu corazón recto
Que circunda tu pequeñez
Se asemeja a la antorcha del viento
De una leona
Amamantando
Las reliquias de Noé.
Pedazo de aire
Cimentado en tu acorazonado
Color.
Tormenta de vino,
Agitador crucero
Al rayo de una luz
Efímera
En el agua de una vertiente
Oscurecida.
Participio constante
De un impulso ventricular
Del almíbar de una flor
De bugambilia amarilla.
Como mis manos dormidas
Tiñes el espesor de la niebla.
En una mañana opaca
En que naces
Con el viento
Levantas la polvorienta
Huida de ramas y hojas azuladas
Que llevas contigo prendidas
Como suaves
Flores cantando
Junto al lucifernario
De tu rojiza piel.
Como una gota perezosa
De agua
Te quedas sentada
En laminas de crucíferos
Pangues.
Como en el norte
En que tus hermanas
Se tiñen de amarillo,
Aquí centro-medio,
Atiendes con tu cuerpo
Al dulce sabor cohibido
Que extrapola el cielo,
De la tierra;
Y la sangre de un lobo
De una célica delicia.
Manzana enana,
Eneldo pecaminoso
Con cola de un álamo dorado,
Te permites
Hacer bulla
Con el pantanal
En que se convierte
Tu cuerpo
Al ser besado
Por la radiante candidez
De un ser humano.
miércoles, diciembre 05, 2007
Descripción de un ser distanciado.
Fragilidad,
Ser blanqueado,
Distanciado
Por el mar y la tierra.
Por las llanuras,
Los cielos, un barco, una lancha;
El sol en la cara.
A veces cuando camino
Despacio aparece tu sombra
Candidateada por una revolución
De luciérnagas.
Con el cuerpo enmudecido
Con un soplido del viento norte
Con las manos esperando la lluvia;
Inventando el confín de la tierra
Con un escenario de mar
Y verde manzanal.
En una bicicleta
Te mueves por la noche estrellada
De tono azul.
En un loco y lustroso
Mar blanquecino que parece
Una leche con hojuelas
Vives distraída absorta
En un monte forrado
En prados celestinos.
Deja que alguna noche
Entre en tus sueños
Con agitador paso,
Con un canasto lleno de flores
Y con una rama de ciruelo
Prendida en la solapa.
Allá en la distancia te quedas
Con un ramillete
De azucenas que te di
Cuando pase por tu almohada.
Fragilidad,
Ser blanqueado,
Distanciado
Por el mar y la tierra.
Por las llanuras,
Los cielos, un barco, una lancha;
El sol en la cara.
A veces cuando camino
Despacio aparece tu sombra
Candidateada por una revolución
De luciérnagas.
Con el cuerpo enmudecido
Con un soplido del viento norte
Con las manos esperando la lluvia;
Inventando el confín de la tierra
Con un escenario de mar
Y verde manzanal.
En una bicicleta
Te mueves por la noche estrellada
De tono azul.
En un loco y lustroso
Mar blanquecino que parece
Una leche con hojuelas
Vives distraída absorta
En un monte forrado
En prados celestinos.
Deja que alguna noche
Entre en tus sueños
Con agitador paso,
Con un canasto lleno de flores
Y con una rama de ciruelo
Prendida en la solapa.
Allá en la distancia te quedas
Con un ramillete
De azucenas que te di
Cuando pase por tu almohada.
jueves, noviembre 22, 2007
Recuerdos de verano.
Aunque no me mires
Con alma serena,
Ni tampoco sorprendida
Me atormentas con tu paso
Pequeñísimo y placentero.
Como todas las cosas
No hay cobijo en un alma
De mediana estatura somnolienta
Con nariz perfecta
Y labios con picor de pimienta.
El habla se te ha ido
Mis oídos se oscurecieron
Y
Mis ojos balaustrados
Se han agitado.
A sabiendas de tu espalda
Florida,
Escondes las frutas estrelladas
Que con oro y galope
De flores de aromo
Me mostrasteis.
Como una luz que se agita
En el amplio horizonte
Te dormiste
Con una zapatilla atada
A la tierra
Y con otra desabrochada
Al cielo – de aquel verano -.
miércoles, noviembre 07, 2007
Argumentos de mi muerte.
Las fuerzas se rehacen en la mesa
Su alma será como un huerto bien regado
Y no volverán más a estar desganados,
Porque en ti somos, nos movemos y existimos
En ti
Mi alma se deshumaniza , se alieniza.
Estoy avergonzado y confundido,
Pues pesa sobre mí, mi infame juventud.
Aunque el cielo caiga y grite tu auxilio
No encontrare más desgracia que mi tierra
Hecha polvo en tus ojos.
Con un lenguaje culto que no cae bien al insensato,
Y menos aún palabras mentirosas al príncipe.
En gracia doy a ti
Por tanto amor y caridad
Como me estás demostrando;
Dispuesto estoy
A sufrir gozoso
Cuantas penas y desgracias
Me quieras enviar por mi desgraciada presencia.
Más te doy gracias por cuantos dolores
De hijo de leona,
Padezca, y te pido que las centupliques
Como una gran ave emplumada
Que viaja lejos de tu mirada.
Porque me creaste a imagen
Y semejanza tuya
Y me colocaste descalzo
En esta empedrada vida
Llena de polvo y suplicio,
Por culpa mía.
Aunque este muriendo,
Ven rápido,
A socorrerme.
Queden avergonzados y confusos
los que buscan mi vida.
Retrocedan confundidos
Los que desean mi desgracia.
Tu eres mi risa,
¡Mi Valuarte!
Porque ahí donde permanecen
Los dos olivos y las tres antorchas,
Ahí mi alma como centinela
Espera, por cuanto testigos
Mis ojos se hallan ante tu luz
Que se aproxima a esta cena.
Porque de ti proviene mi paráclita
Vida.
Daos descanso a esta atribulada cantata
En que me situaste;
Mariscal de los ejércitos
General de las ordenes celestes.
No alcanzo a calzar tus sandalias de pescador,
Pero recibiste mi memoria
Como tesoro máximo de mi ser.
A ti majestad,
Habla mi corazón;
Déjame presentarme con pequeñez
Ante tu célica delicia
Que es tu presencia;
Donde mi alma reposará y
Reconfortará.
Mi indignidad
En tu luz sea remontada
Como ángeles en el infierno.
Las fuerzas se rehacen en la mesa
Su alma será como un huerto bien regado
Y no volverán más a estar desganados,
Porque en ti somos, nos movemos y existimos
En ti
Mi alma se deshumaniza , se alieniza.
Estoy avergonzado y confundido,
Pues pesa sobre mí, mi infame juventud.
Aunque el cielo caiga y grite tu auxilio
No encontrare más desgracia que mi tierra
Hecha polvo en tus ojos.
Con un lenguaje culto que no cae bien al insensato,
Y menos aún palabras mentirosas al príncipe.
En gracia doy a ti
Por tanto amor y caridad
Como me estás demostrando;
Dispuesto estoy
A sufrir gozoso
Cuantas penas y desgracias
Me quieras enviar por mi desgraciada presencia.
Más te doy gracias por cuantos dolores
De hijo de leona,
Padezca, y te pido que las centupliques
Como una gran ave emplumada
Que viaja lejos de tu mirada.
Porque me creaste a imagen
Y semejanza tuya
Y me colocaste descalzo
En esta empedrada vida
Llena de polvo y suplicio,
Por culpa mía.
Aunque este muriendo,
Ven rápido,
A socorrerme.
Queden avergonzados y confusos
los que buscan mi vida.
Retrocedan confundidos
Los que desean mi desgracia.
Tu eres mi risa,
¡Mi Valuarte!
Porque ahí donde permanecen
Los dos olivos y las tres antorchas,
Ahí mi alma como centinela
Espera, por cuanto testigos
Mis ojos se hallan ante tu luz
Que se aproxima a esta cena.
Porque de ti proviene mi paráclita
Vida.
Daos descanso a esta atribulada cantata
En que me situaste;
Mariscal de los ejércitos
General de las ordenes celestes.
No alcanzo a calzar tus sandalias de pescador,
Pero recibiste mi memoria
Como tesoro máximo de mi ser.
A ti majestad,
Habla mi corazón;
Déjame presentarme con pequeñez
Ante tu célica delicia
Que es tu presencia;
Donde mi alma reposará y
Reconfortará.
Mi indignidad
En tu luz sea remontada
Como ángeles en el infierno.
viernes, noviembre 02, 2007
Molestia con gusto a ida.
Ya no me molesta quererte,
Ni tampoco dejar de hacerlo.
Lo que simplemente me irrita
Es que no puedo un solo instante
Pensar que te vas con mis sueños…
Pero no te digo nada cuando intento
Calmar por la noche
Tu ausencia en mis ojos dormidos;
Cómo no quisiera que me miraras,
Y que una insospechada mirada
Atraviese mi helada mano
Donde tengo tu carta en que me dices…
Cómo quisiera que no te fueras,
Pero en realidad te tienes que ir,
Porque con el viento viniste
Y en la higuera de mi muerte
Solo quedaste;
Estallada como un poco de miel en mí lomo.
Ya no me molesta quererte,
Ni tampoco dejar de hacerlo.
Lo que simplemente me irrita
Es que no puedo un solo instante
Pensar que te vas con mis sueños…
Pero no te digo nada cuando intento
Calmar por la noche
Tu ausencia en mis ojos dormidos;
Cómo no quisiera que me miraras,
Y que una insospechada mirada
Atraviese mi helada mano
Donde tengo tu carta en que me dices…
Cómo quisiera que no te fueras,
Pero en realidad te tienes que ir,
Porque con el viento viniste
Y en la higuera de mi muerte
Solo quedaste;
Estallada como un poco de miel en mí lomo.
martes, octubre 16, 2007
Naturaleza del amor.
Soledad, destierro, tormenta,
Palacios en la almohada,
Plumas de murciélagos,
Porotos, frambuesas,
Manjar celestial,
Llamadas a altas horas,
Silencios inconclusos,
Reclusos de los ojos,
Palabras y cartas amarillas.
Sensualidad hilarante
Ojos torcidos,
Piel de cocodrilo
Pensamientos alienados
Tarjetas con una soprano
En el lago de los cisnes;
Con versos amortajados
Con salvia y pimentón:
Rareza del alma.
Locura
Picazón en los labios
Manos partidas
Espinas en los ojos
Como cataratas de miel,
Fuego agitador
Que se convierte en el enemigo.
Hielo fugaz,
Aliento de perro,
Labios calcinados
Por el lapso de alegría.
Nuevo torrente de agua,
Temblores nocturnos
Frío ensombrecedor,
Manos tibias,
Aguardiente precoz
Saltando con un diente
En el estrecho fugaz de dos bocas.
Luces con verde y azul
Desidia;
Negro manto perverso.
Bondad y canas blancas
Disparo directo
A la eternidad,
Número preciso
De la originalidad.
Tirarse el pelo
Azotes con guías de Biblia,
Funk con ganas de Mozart
Una mesa de playa
Puesta en el sol;
Bandera blanca
Con rosas y delfines,
Girón perfecto de revés
A los ojos piadosos.
Agua tranquila
Mano en los oídos
Tratando de olvidar
Que siente este horno
Melancólico, lascivo,
Dramático, seductor y
Constante;
En que se ha convertido
Mi pequeña y tranquila
Alma.
Soledad, destierro, tormenta,
Palacios en la almohada,
Plumas de murciélagos,
Porotos, frambuesas,
Manjar celestial,
Llamadas a altas horas,
Silencios inconclusos,
Reclusos de los ojos,
Palabras y cartas amarillas.
Sensualidad hilarante
Ojos torcidos,
Piel de cocodrilo
Pensamientos alienados
Tarjetas con una soprano
En el lago de los cisnes;
Con versos amortajados
Con salvia y pimentón:
Rareza del alma.
Locura
Picazón en los labios
Manos partidas
Espinas en los ojos
Como cataratas de miel,
Fuego agitador
Que se convierte en el enemigo.
Hielo fugaz,
Aliento de perro,
Labios calcinados
Por el lapso de alegría.
Nuevo torrente de agua,
Temblores nocturnos
Frío ensombrecedor,
Manos tibias,
Aguardiente precoz
Saltando con un diente
En el estrecho fugaz de dos bocas.
Luces con verde y azul
Desidia;
Negro manto perverso.
Bondad y canas blancas
Disparo directo
A la eternidad,
Número preciso
De la originalidad.
Tirarse el pelo
Azotes con guías de Biblia,
Funk con ganas de Mozart
Una mesa de playa
Puesta en el sol;
Bandera blanca
Con rosas y delfines,
Girón perfecto de revés
A los ojos piadosos.
Agua tranquila
Mano en los oídos
Tratando de olvidar
Que siente este horno
Melancólico, lascivo,
Dramático, seductor y
Constante;
En que se ha convertido
Mi pequeña y tranquila
Alma.
jueves, octubre 04, 2007
Sentido de infinitud…
No sé por qué te quiero
Ni en que momento comencé
A aprenderlo.
No sabría ni la hora ni el campo
Donde te vi diferente,
Quizás aquella vez
En ciénaga de la noche
Con tabaco lustrado por estrellas…
No sé en qué momento
Descubrí miel
En tu pegajoso abrazo;
Más aun racimos de ciruela
Brillar en tus ojos.
No entiendo por qué de una cuestión
A esta parte,
Siento que te busco
Y que mi alma por la noche
Te necesita.
No sé por qué te quiero
Ni en que momento comencé
A aprenderlo.
No sabría ni la hora ni el campo
Donde te vi diferente,
Quizás aquella vez
En ciénaga de la noche
Con tabaco lustrado por estrellas…
No sé en qué momento
Descubrí miel
En tu pegajoso abrazo;
Más aun racimos de ciruela
Brillar en tus ojos.
No entiendo por qué de una cuestión
A esta parte,
Siento que te busco
Y que mi alma por la noche
Te necesita.
domingo, agosto 12, 2007
en el bus...
Si las luces del ayer
no fueran siglas de tu
dulce olor;
las rasas caídas
de tu cabello
son sólo lámparas
con aceite
de tu esencia.
Tus labios son cárcel
de tus pasajeros
barcos llenos de arroz.
Los pasos agigantados
no traslucen
tu espalda florida.
Cuando intento
dibujar tu cara
con un rayo de luz
no pillo espárragos
para la luna
de tu cintura.
viernes, junio 08, 2007
SoLopio
Había un sueño pintado con flores varias, campos de trigos, árboles, mundos varios. Un vergel que siempre has soñado.
(Algunas cosas pasan de moda, las ideas que hay entre tú y yo las ocultamos a los ojos llanos raspando a veces el piso. Tus pasos y mis pasos tratan de tapar estos moribundos juegos, cómplices en el silencio.
La moda, el mercado, la dinastía social nos arranca de raíz ese carbón que tilda la llama que no sé cómo ni cuándo abrimos el tubo de escape para que se encendiera; es por es que te doy esto: mis sueños.)
Allí en las noches de luna hay fuegos aumentando su estado y otras pocas llamas de cosas que nosotros los reales no solemos entender…
Contaba la luna que una noche cualquiera, quizás no tanto, las luciérnagas crepitaron en el rosado crepúsculo…las garzas se distanciaban por las noches y las cuncunas arropaban a sus capullos.
Caminábamos bajo la luna…con miel en nuestras manos turbadas por tu realidad. Las estrellas jugaban a las escondidas con un cometa que aclaraba el silencio.
No sé de que sitio venias, ni al que yo iba. No sabia cómo estabas tú ahí.
La noche había mutilado por completo el día, la eterna discusión se perdía en la llamarada…todo el silencio sabia a ti…aprendí a escucharte. Hay momentos que pensé en dejarte ir lejos, que ya era suficiente el discurso con café y tabaco que constantemente era la constante de hacerte flotar.
Solo el tiempo tenía un propósito, partirnos el hielo: hablarnos en un lenguaje distinto, acabado, pulido, pasajero, turbador; en un acto puro, sublime, penetrante.
El plano de la distancia mostraba en el horizonte, donde nos tocaba un canción perfecta, transitoria, pero perfecta. Qué maravilla es aquello, tenerte aunque no estas, sentirte en aquel silencio.
Mas una nube bajó con una estrella en su cabeza prendida. Mostrando lo suntuoso de lo que eres al abrir tus ojos, tu voz adivina, tus manos encendidas, el sol en tu espalda ahogando allí mis sentidos.
Divago en el abrazo que con pasajero boleto me das, cuando me nublas la cabeza con una de tus niñerías o las que mueves con tus incógnitas sienes.
El fuego encendí, mis manos temblaban, mi mente prendía. Voy a armar una campana para que sea un respiro de olor a tu ventana.
Me he vestido de mago, mi barba cae rasa por mi cuello; y el humo entra ausente e inexorablemente en todo mi cuerpo. Elevo, exulto al recodo íntimo de las pocas flores despiertas, las estrellas tiritando, los árboles respirando con agitación: cómplices.
Vienes tú como un ciervo distraído, moribundo, pequeño…cerca de las peñas te acurrucas, los vientos nocturnos… y nada es todo. Y no entiendo tus ojos.
Te trasluces, ahí estas con la luna en la cara ahogando el alivio…
Te acercas y hueles como ciervo, buscando el calor del fuego; no hay más luna. Tu en pies durmiendo, tranquilizándote y yo intento pensar que solo en el horizonte, que ya aparece, podré olvidar que todo es un sueño…
(Algunas cosas pasan de moda, las ideas que hay entre tú y yo las ocultamos a los ojos llanos raspando a veces el piso. Tus pasos y mis pasos tratan de tapar estos moribundos juegos, cómplices en el silencio.
La moda, el mercado, la dinastía social nos arranca de raíz ese carbón que tilda la llama que no sé cómo ni cuándo abrimos el tubo de escape para que se encendiera; es por es que te doy esto: mis sueños.)
Allí en las noches de luna hay fuegos aumentando su estado y otras pocas llamas de cosas que nosotros los reales no solemos entender…
Contaba la luna que una noche cualquiera, quizás no tanto, las luciérnagas crepitaron en el rosado crepúsculo…las garzas se distanciaban por las noches y las cuncunas arropaban a sus capullos.
Caminábamos bajo la luna…con miel en nuestras manos turbadas por tu realidad. Las estrellas jugaban a las escondidas con un cometa que aclaraba el silencio.
No sé de que sitio venias, ni al que yo iba. No sabia cómo estabas tú ahí.
La noche había mutilado por completo el día, la eterna discusión se perdía en la llamarada…todo el silencio sabia a ti…aprendí a escucharte. Hay momentos que pensé en dejarte ir lejos, que ya era suficiente el discurso con café y tabaco que constantemente era la constante de hacerte flotar.
Solo el tiempo tenía un propósito, partirnos el hielo: hablarnos en un lenguaje distinto, acabado, pulido, pasajero, turbador; en un acto puro, sublime, penetrante.
El plano de la distancia mostraba en el horizonte, donde nos tocaba un canción perfecta, transitoria, pero perfecta. Qué maravilla es aquello, tenerte aunque no estas, sentirte en aquel silencio.
Mas una nube bajó con una estrella en su cabeza prendida. Mostrando lo suntuoso de lo que eres al abrir tus ojos, tu voz adivina, tus manos encendidas, el sol en tu espalda ahogando allí mis sentidos.
Divago en el abrazo que con pasajero boleto me das, cuando me nublas la cabeza con una de tus niñerías o las que mueves con tus incógnitas sienes.
El fuego encendí, mis manos temblaban, mi mente prendía. Voy a armar una campana para que sea un respiro de olor a tu ventana.
Me he vestido de mago, mi barba cae rasa por mi cuello; y el humo entra ausente e inexorablemente en todo mi cuerpo. Elevo, exulto al recodo íntimo de las pocas flores despiertas, las estrellas tiritando, los árboles respirando con agitación: cómplices.
Vienes tú como un ciervo distraído, moribundo, pequeño…cerca de las peñas te acurrucas, los vientos nocturnos… y nada es todo. Y no entiendo tus ojos.
Te trasluces, ahí estas con la luna en la cara ahogando el alivio…
Te acercas y hueles como ciervo, buscando el calor del fuego; no hay más luna. Tu en pies durmiendo, tranquilizándote y yo intento pensar que solo en el horizonte, que ya aparece, podré olvidar que todo es un sueño…
jueves, abril 12, 2007
El tren
Aún espero sentado a la orilla del camino, el viejo tren que me llevara a mi sepultura. Canto en silbidos de agua una canción que me sabe a soledad; no sé si de hoy día o ayer. Mis pies ya están agrietados y mi boca esta vacía, ni un diente se aloja en el hotel que vio recibir a vinos y carnes, gusanos y aguardientes todas las noches.
El sol se apaga y aun no pasa el monomotor que me llevara al fuego eterno, al sol de madrugada, al viento de ceniza; no hay nada mas que mis ropas harapientas, mis ojos enjutos mis manos curtidas por la tierra y mi aliento ya de muerto sacudido por las eses de los hombres ya licuados por la vida. Mi tren se aproxima…y solo silbo bajo este sol, aquella canción que me hizo pensar que nunca vería la luz, sino estrellas…
Aquella canción que coloque para dispararme.
Mierda
Mierda
lunes, marzo 05, 2007
martes, febrero 13, 2007
Mi mano se ha puesto rebelde, y mi cabeza también. Creo que atarlas ambas a una estrella y dejarlas que la noche se las lleve seria el medicamento perfecto para esta locura. Y si a de romperse alguna de mis partes, las dejare para que el viento las zurza y las tiña con miel de achao o con pistachos con pimienta.
Mi hormonas se remueven por el halito de ebrio que llevo timbrado en mi frente, sellado por whisky y masas con no sé que pastilla de último minuto. No quepo en mi cabeza, ni mi pie en mi mano. No camino; me siento y no miro.
Lo cansado del sueño no permite dormir, ni tampoco las cosas de la Barbie que anoche vi. No puedo sumergir mi cabeza en Coca-Cola aunque siento que evoluciono, que voy hacia algún lado, sin saber cuál es la referencia. El dónde me hallo es lo único que me queda en la billetera; la vida, la historia de lo que significo, anoche la traspapele, así como el amigo que hay en mi mismo subtitulo. No puedo sortear mi vida entre nubes y madrugadas, gente trotando como el agua en un tonel de mar.
No quiero jugar con mi locura que viene en racimo de peras, solo quiero perder mi mirada en el horizonte de una noche normal y sentir que no existo…
Una nueva palabra
Una nueva mirada
Entorno a El.
Que baje los llanos
Al precipicio de las nubes,
Cumpliendo el rigor
De lo humano.
Perfumes de nuevos misterios
Consumados por la luz de los soles.
Las nuevas naciones
De mi vida
Tomada por las tinieblas de la mañana
Que no traspasen sueños,
Sino levaduras
De nuevos fermentos,
Sarmientos de proyectos
De vida…
martes, febrero 06, 2007
...
Cuando vuelvas ya habrá luna menguante y las aves del norte comenzaran su retorno al salar de la ciénaga calentada por la lluvia. No te espero sentado en tu escala con la mermelada de siempre, esa que dejaba postrada en el tapete de la entrada. Vuelve pronto que mi rostro se hunde en mi almohada y sueña en ti; con los lápices y reglas, cartones y pegamentos…esos que nos vieron nacer llamados por lo omnipresente del balcón marino que se asoma en tu ventana.
Déjame ir con la noche a visitarte y ver tu rostro a contraluz y tu cuerpo mullido en tus ropas de cama, solo sintiendo las lagunas de las palabras que nos sumergen en lo tibio de tu pieza. -Acompañarte a estar sola.-
No me pidas el cielo ni lo profundo del mar, porque no los poseo. Pero igual te daría un sabor de ellos.
Vuelve pronto, las gaviotas te esperan; vuelve con la mañana que ya aclara; que no se devuelve como una ola de mar. Déjame estar contigo sin siquiera decirte mi querer, que ya sientes. Vuelve al otoño donde nos conocimos, vuelve, quiero verte…
- las aves te esperan para salir a volar por el estrecho del mar de estrellas que hay sobre nuestros hombros.-
Saludos de alguien que esta por ahí…
viernes, febrero 02, 2007
sábado, enero 06, 2007
Revelacion
Ya el querer sentirte
Se ha vuelto un tanto loco,
Distraído y desaparecido
De mis ojos lascivos de tu presencia.
Ya no se si estas en el aire
Despierto como la anima de mi amada
O cansado en el yugo de mi esperanza.
Aun no estas
Ni has ido cercando mi vida
Para sentirte aquí.
Tengo sueño y sed
Cielo y ceguera
No te puedo ver
Porque has escondido
Mis ojos…
Prefieres que aun no te observe
Porque ya la distancia,
Se ira con la suavidad
De la tarde.
Aun te sigo negando Dei,
Quiero verte cuando
Tú vuelvas y me llames por mi nombre…
Ahí te veré sencillo,
A reconocerme, pecador de ti
Pero, emperador de mi vida
jueves, enero 04, 2007
Creo volver a las huestes pueyes de mi alma, esa de donde salgo de pronto para no enfrentar mi devenir de locos pensamientos...creo que debo volver al sendero
Siento una grave agonía
por lograr un devaneo,
que empieza como deseo
y para en melancolía.
y cuando con mas terneza
mi infeliz estado lloro
se que estoy triste e ignoro
la causa de mi tristeza.
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