martes, octubre 24, 2006

Rudimento.

a ojos cerrados, sin conocerte podría descuidar mi creatividad y echarla a volar patra describirte desnuda. No te pido más que tus claroscuros ojos y tu cara rizada con llamaradas crudas de oscuridad. No podría calificar tu cuello como un deshuezado balancín hiriente qu elleva ya lejos tu cabeza. Si no asomara tu hombro desnudo, no diría nada de tus senos, peor tus pechos amielados que se notan excitados solo con un banal hálito de moribundo ebrio...allí donde los montes terminan en tus pezones minusculos,pero oscuros como la soledad agrietada por la rudeza de la tempestad de la pasión...

y qué queda del resto sinuoso de tu cuerpo, donde no caen ni manos nipies descalzos, y torbellinos de bulliciosos besos. En una cintura afibada por la melodía del agua donde ninguna vertiente se atreve a aparcer...ahí aparacen las nubes de tus caderas hinchadas por la salinidad de tu sulfuroso placer onírico en donde se hacen solo uno con la menguada pelvis que rellena lo que queda de tu entrepierna.

-Más allá lo que pase es solo sueño y presuntuosidad-.

No puedo llegar a tus pies, porque solo me queda el pensar en tus rodillas y en el trasero de estas. Allí se van con la luna; tu pierna izquierda y derecha, ahí con tus pies se mueve todo tu cuerpo. Ahi tambaleándose por la llanura de una vida simplona, pero llena de ilustraciones baratas.

Dado esto no puedo decir nada más, porque mi imaginación se agota y no descansa por solo una sinuosidad de tu llamativo, pero para mi, privado cuerpo.

sábado, octubre 21, 2006


a Consuelo (Carta abierta)

No todos los cuentos tendrán un final feliz, no todas las manos se dieron para crecer, conozco castillos más tristes que ayer...no todos los príncipes se vestirán de azul. Así cantan los silencios cuando intentamos hablar repentinamente de lo sucedido en otras heras.

No arrodillarse frente a la caída es lo peor, pero más peor es no arrodillarse.
Ayer construí un mundo de colores y siluetas, música del silencio con llantos y gemidos estrepitosos...ayer no te ví. Constantemente estas ahi en los recuerdos tratando de encontrar respuesta a los ilusos y lúdicos sueños.

Compromisos incompletos, constante penuría de lo no hecho.

Ofrece no los ojos ni tampoco más cielo, sino MAS abrazo...mujer para el sol, un mañana; mujer que te escondes al alba...

Como dijo Dimas: no hay nadie que a visto tu corazón desnudo, más mi alma lo anhela que ni ganas le queda, ahí torturado de lo que no hace por lo que quiera hacer. Deja de sentirte indigna sierva de ti misma date PAX TECUM (una paz sea contigo).

No dejes ni intentes que la servidumbre de otros intente apagar lo que quieres encender, no como simple acto de rebeldía o indiferencia, sino como lo que sientes en esta realidad...

Saludos Yo

PS: Hubiese preferido escirbirte algo más lindo, quiza, pero esto es por el momento...
PS: Quedate aquí, no te vayas que ni el sol ni la luna alumbran si te vas...
PS: Disculpa si no estuve cuando me necesitaste

martes, octubre 17, 2006

Hoy me topé con esto en un blog de un cura, y me parecío muy bueno, así que lo quiero compartir con uds...

"Siempre que te pregunten si puedes hacer un trabajo, contesta que si y ponte enseguida a aprender como se hace.
Dedica tiempo para trabajar, es el precio del buen éxito.
Dedica tiempo para pensar, es la fuente del poder.
Dedica tiempo para divertirte, es el secreto de la juventud eterna.
Dedica tiempo para leer, es el fundamento de la sabiduría.
Dedica tiempo para soñar, es como enganchar un coche a una estrella.
Dedica tiempo a orar, no hay tiempo mejor invertido.


Ningún camino fácil te llevará a algo que merezca la pena...
Disfruta hoy,es mas tarde de lo que crees...
Yo creo bastante en la bendición de Dios. Y he constatado que, cuanto más duro trabaje, más bendiciones tengo.
La mejor manera de lograr que se hagan las cosas, es no fijarse en quién recibe reconocimiento.
Si quieres que te hagan algo, encárgaselo a una persona ocupada.
Saber y saberlo demostrar, es valer dos veces.
Siempre que enseñes, enseña a su vez a dudar de lo que enseñes