jueves, noviembre 22, 2007











Recuerdos de verano.

Aunque no me mires
Con alma serena,
Ni tampoco sorprendida
Me atormentas con tu paso
Pequeñísimo y placentero.
Como todas las cosas
No hay cobijo en un alma
De mediana estatura somnolienta
Con nariz perfecta
Y labios con picor de pimienta.
El habla se te ha ido
Mis oídos se oscurecieron
Y
Mis ojos balaustrados
Se han agitado.
A sabiendas de tu espalda
Florida,
Escondes las frutas estrelladas
Que con oro y galope
De flores de aromo
Me mostrasteis.
Como una luz que se agita
En el amplio horizonte
Te dormiste
Con una zapatilla atada
A la tierra
Y con otra desabrochada
Al cielo – de aquel verano -.

miércoles, noviembre 07, 2007

Argumentos de mi muerte.

Las fuerzas se rehacen en la mesa
Su alma será como un huerto bien regado
Y no volverán más a estar desganados,
Porque en ti somos, nos movemos y existimos
En ti
Mi alma se deshumaniza , se alieniza.
Estoy avergonzado y confundido,
Pues pesa sobre mí, mi infame juventud.
Aunque el cielo caiga y grite tu auxilio
No encontrare más desgracia que mi tierra
Hecha polvo en tus ojos.
Con un lenguaje culto que no cae bien al insensato,
Y menos aún palabras mentirosas al príncipe.
En gracia doy a ti
Por tanto amor y caridad
Como me estás demostrando;
Dispuesto estoy
A sufrir gozoso
Cuantas penas y desgracias
Me quieras enviar por mi desgraciada presencia.
Más te doy gracias por cuantos dolores
De hijo de leona,
Padezca, y te pido que las centupliques
Como una gran ave emplumada
Que viaja lejos de tu mirada.
Porque me creaste a imagen
Y semejanza tuya
Y me colocaste descalzo
En esta empedrada vida
Llena de polvo y suplicio,
Por culpa mía.
Aunque este muriendo,
Ven rápido,
A socorrerme.
Queden avergonzados y confusos
los que buscan mi vida.
Retrocedan confundidos
Los que desean mi desgracia.
Tu eres mi risa,
¡Mi Valuarte!
Porque ahí donde permanecen
Los dos olivos y las tres antorchas,
Ahí mi alma como centinela
Espera, por cuanto testigos
Mis ojos se hallan ante tu luz
Que se aproxima a esta cena.
Porque de ti proviene mi paráclita
Vida.
Daos descanso a esta atribulada cantata
En que me situaste;
Mariscal de los ejércitos
General de las ordenes celestes.
No alcanzo a calzar tus sandalias de pescador,
Pero recibiste mi memoria
Como tesoro máximo de mi ser.
A ti majestad,
Habla mi corazón;
Déjame presentarme con pequeñez
Ante tu célica delicia
Que es tu presencia;
Donde mi alma reposará y
Reconfortará.
Mi indignidad
En tu luz sea remontada
Como ángeles en el infierno.

viernes, noviembre 02, 2007


Molestia con gusto a ida.

Ya no me molesta quererte,
Ni tampoco dejar de hacerlo.
Lo que simplemente me irrita
Es que no puedo un solo instante
Pensar que te vas con mis sueños…
Pero no te digo nada cuando intento
Calmar por la noche
Tu ausencia en mis ojos dormidos;
Cómo no quisiera que me miraras,
Y que una insospechada mirada
Atraviese mi helada mano
Donde tengo tu carta en que me dices…
Cómo quisiera que no te fueras,
Pero en realidad te tienes que ir,
Porque con el viento viniste
Y en la higuera de mi muerte
Solo quedaste;
Estallada como un poco de miel en mí lomo.