lunes, septiembre 01, 2008

Revelación

En sus pies tiene moka,
En sus labios algo de murta,
Con sabia de abejas de Egipto.
En su piel amplia y cortes
Queda el rastro del sol
Que se acostaba
En su espalda clara
Con moléculas de agua
Y pompas de jabón.
El cabello es singular
Pasión y sus cejas
Son olores de India
Y romeros de Tarsis.
Más sus ojos,
Líneas finitas
Que ningún verso
Se atreve a describir.
En sus manos hay puestas
Gasas del Congo
Y detalles que peñiscan
Los ojos
Al ver luz en sus nacaradas
Uñas.
Su cuerpo en totalidad
Es la suma de la rebelión
De unas cuantas células dulces
Despiertas en una noche de eclipse,
En la pausa de una madrugada
Con cinco soles
Y un soplo de miel del universo.
En ella, la reunión del misticismo
De un ángel y el torrente
De una pluma en sus hombros;
Sus olores son frescos aceites y pimienta
De la vieja Holanda,
En el ramillete de sus piernas
Se vuelven enanos los pasos
Y sus olores súbitos,
Se acercan a las Islas Canarias
Con fragmentos fraganceados
De menta y salvia
Y algunas flores de un sauce llorón.
Tocarla es el delirio del Tibet
Y pasear su belleza
Es caminar por aguas
Con flores de pato.