martes, abril 22, 2008

Querer abrir
Los ojos pegajosos
Después de una lluvia
En humos de deidades
Naturales e inicuas
Siluetas metamórficas
Diversificadas
En la pachamama,
En la blancura idílica
De alturas incalculables
Por las manos
Pasajeras de niños trotando
Con las nubes;
Con colores
Prendidos y suaves
Destinos de colores
Canela en sus caras
Agrietadas por el mentado sol.

(...)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Has acertado Miltinus, los niños son una fiesta de metamorfosis; en ellos, ésta es fina, tenue, persistente. Me gusta este poema.
Un abrazo de xavier

Andrea dijo...

M:

La tierra da vueltas.