en la locura del alma, mi corazón enajenado por el vientre de una abeja.
(...) y pareciera que el alma
se vuelve un hélido,
mastodonte iracundo
de siluetas arcaicas
e inimaginadas
en el silogismo
de la vida iracunda.
y pareciera que se
me derrite el corazón
y el alma en mil pedazos
se connurva
en una horajasca
dimensionada
de la vida.
lunes, agosto 18, 2008
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