jueves, junio 12, 2008

Mente exonerada.

Esta gélida incertidumbre
Que entra a mi cuerpo
Como una espada
Maldita,
Que no me deja hacer
Dormir mi alma sosegada.
Cada día con el trueno
Del viento,
Que agita con preciada
Tormenta las hojas;
Se hace gigante
Acrecentando el nublado
Y la ceguera incomprensible
De no saber nada más
Que la distancia.
Exonerada
Y dramática.
Por más que vuelvo
Los ojos a lo penetrante
E indisoluble
Inteligencia,
No encuentro fuego
En canas de una porfiada
Respuesta.
Prácticamente la coma
Y esta monstruosa abominación
De la soledad
Hace buscar recodos
Íntimos donde refugiarme.
Muchas veces
El tiempo pasa como eclipse,
Por las noches
No entiendo
Como caminas descalza
Sobre el fuego
Misterioso
Y fugaz que creaste.
Al compartir mis pensamientos
En pequeños pedazos de pan,
La racionalidad irreconocible,
Mi calvicie
Hace acrecentar
Este largo y suplicioso
Arribo que has hecho
A mi materia gris.